Fiesta de difuntos en Casablanca la bella de Fernando Vallejo
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Resumen
Casablanca la bella (2013) de Fernando Vallejo continúa el diálogo que el narrador sostiene con la muerte en sus textos anteriores. La novela evidencia y despliega las obsesiones del autor a partir de la compra y restauración de Casablanca, antigua casa ubicada en el barrio Laureles, Medellín, y cifra de un antiguo esplendor, ahora devastado y vencido por el paso del tiempo. La refacción de la casona constituye una empresa utópica que, aunque condenada al fracaso, trasciende el plano arquitectónico y alcanza alturas revolucionarias, políticas, en el delirio narrativo. La entronización del Corazón de Jesús cuando la casa es inaugurada se erige como la posibilidad de reunir a las presencias amadas en una fiesta heterotópica y soñar con ganarle la batalla no solo a Colombia, la mala patria, sino fundamentalmente a la destrucción y a la muerte. Así, la escritura deviene funeraria, poblada de los vestigios y de la irreductible presencia de los otros, los muertos y los animales, quienes encuentran un espacio hospitalario en el recuerdo y la memoria.