Sobre la enseñanza de la literatura (reflexión A partir de los objetivos y contenidos mínimos de la Reforma educacional)
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Resumen
En un debate entre profesores e investigadores peruanos acontecido en la web en abril de 2000, se planteó uno de los problemas cruciales que animan las notas que expongo más abajo: ¿es pertinente enseñar literatura en el sistema educacional formal? Y si es pertinente, ¿en función? ¿De qué objetivos o finalidades dicha pertenencia cobraría sentido? Asimismo, ¿Cuál sería la pertenencia y legitimidad de tales objetivos? ¿Quién los decide y en función de qué? Los con tertulios del diálogo virtual estaban alineados básicamente en dos posiciones: por un lado, quienes defendían la necesidad de enseñar y estudiar literatura porque, entre otras razones, la literatura modera el discurso social en una manera esencial (opinión de Pablo Carreño) o porque la literatura expone al estudiante a un ejercicio lingüístico que lo lleva a cruzar la frontera del uso puramente pragmático del idioma, activando las “potencialidades cognitivas” del lector y apartando el aprendizaje lingüístico de la condición del simple “proceso de gramaticalización como proceso esencialmente represivo” (opinión de Mario Montalbetti).