Arguedas, la infancia como clave
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Cuando Jose María Arguedas irrumpe en el mundo literario peruano, en 1935, con el relato Agua, es aceptado como un escritor más que enfoca, como ya lo habían hecho otros antes que él, la sierra y sus habitantes. Tal vez, hasta se le llegó a considerar un narrador folklórico, en el más grave sentido del término. Y similar consideración se mantuvo a lo largo de los años treinta y buena parte de los cuarenta. Los calificativos y los conceptos fueron variando muy lentamente y bien se podría decir que solamente a partir de la publicación de Los ríos profundos se cambia radicalmente de opinión y se le comienza a considerar, más que como un escritor indigenista, como a un verdadero escrito indígena.
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