Personas, productos culturales y territorio constituyen una tríada interactiva que emerge y manifiesta sus relaciones constitutivas mutuas en diversos momentos de la plurisecular tradición narrativa de Occidente; recuérdese -sin entrar en mayores detalles- que el célebre Comentario a la guerra de las Galias de Julio César presenta ya un método para el tratamiento de estos tres elementos: la mención del espacio geográfico-político: “La Galia está enteramente dividida en tres partes…” (Gallia est omnis divisa in partes tres), la identificación de las personas que lo habitan: “de las cuales, una habitan los belgas, otra los aquitanos…” (quarum unam incolunt belgae, aliam aquitanii) y el reconocimiento de la particularidad cultural identificatoria, la lengua en este caso: “la tercera, quienes, de lengua celta, en la nuestra son llamados galos” (tertia qui ipsorum lingua celtae nostra galli apelantur). Aunque enfatizando uno u otro componente en grado diverso, muchos otros relatos “de territorio” siguen más o menos el mismo programa hasta nuestros días, aunque llevando la noción de territorio a otros planos que incluyen lo epistemológico, lo estético, lo textual, entre otros.
Publicado: 2019-01-02